La ciencia médica continúa sorprendiendo con sus avances, y uno de los casos más notables es el de Andy Sandness, un joven cuya vida cambió radicalmente gracias a un trasplante de rostro. Esta historia, que resuena con esperanza y superación, es un claro ejemplo de cómo la medicina moderna puede ofrecer segundas oportunidades a quienes han pasado por situaciones devastadoras.
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